Adicciones

Primero, le gritó que era un perro. Le dijo que era una putita de mierda, un marica, un obsceno, un desagradecido de todo lo que le había sido dado, un ordinario y para remate, un estúpido que no entendía nada de nada.
Que jamás había merecido que nadie lo quisiese y que se merecía todo cuanto le había pasado en la vida, porque se buscaba el maltrato.
No, más bien se lo merecía.
Y él la miró con un cigarro deshaciéndosele entre los dedos, con la mirada perdida, los ojos vacíos, un tic absurdo en la comisura de sus labios resecos.
Luego, vino el perdóname. Le dijo que nada de lo que había dicho era cierto, que estaba dolida, que lo sentía, que no la dejara, que lo amaba, que se moría si no se quedaba a su lado. Le dijo que le daría plata si eso era lo que necesitaba.
¿Quieres que te mantenga, es eso?
Pero él siguió como una estatua. Inmóvil, impasible, inerte. Le pegó una aspirada a su pucho y botó el humo por las fosas nasales.
No dijo nada.
Entonces vino la ira de nuevo. Te aprovechaste de mí, eres una basura, no dices nada porque sabes que lo que te digo es cierto, jamás has sentido nada por mí, sólo te metiste conmigo para reírte de alguien con tus amigos, lo único que buscabas era vengarte de tus padres, porque vas por ahí fingiendo ser la víctima, pero mírate, no eres más que un animal.
Y el arrepentimiento…
No. Vuelve. No ves que te lo digo porque te amo. Tú me haces descontrolarme. Vuelve. Te amo. Yo cuidaré de ti.
Él tiene trece.
Ella cuarenta y siete.
Él es un muchacho.
Ella su psicóloga.
Entre las volutas de humo, él la mira antes de rascarse una ceja y arrugar el ceño. Agacha la cabeza, mira el pie con el que horada el piso. Se siente culpable de no poder decirle que ya no puede estar con ella porque le gusta un chico. Y ese chico tal vez también gusta de él.
Van a irse juntos de la ciudad esta noche.
El chico tiene veintidós.
Él está por cumplir los catorce.
Y está confundido, pero a quién le dirá de sus miedos. A la madre que calla, al padre que hiere, a la mujer con que tira, al playstation bajo la tele.

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